Inteligencia interpersonal
La
inteligencia interpersonal se constituye a partir de la capacidad nuclear para
sentir distinciones entre los demás, en particular, contrastes en sus estados
de ánimo, temperamento, motivaciones e intenciones. Esta inteligencia le
permite a un adulto hábil, leer las intenciones y los deseos de los demás,
aunque se los hayan ocultado. Esta capacidad se da de forma muy sofisticada en
los líderes religiosos, políticos, terapeutas y maestros. Esta forma de
inteligencia no depende necesariamente del lenguaje.
Aspectos
biológicos - Todos los indicios proporcionados por la investigación cerebral
sugieren que los lóbulos frontales desempeñan un papel importante en el
conocimiento interpersonal. Los daños en esta área pueden causar cambios
profundos en la personalidad, aunque otras formas de la resolución de problemas
puedan quedar inalteradas: una persona no es la misma después de la lesión.
La evidencia
biológica de la inteligencia interpersonal abarca factores adicionales que, a
menudo, se consideran excluyentes de la especie humana:
1. La prolongada infancia de los primates, que establece un vínculo
estrecho con la madre, favorece el desarrollo intrapersonal.
2. La importancia de la interacción social entre los humanos que demandan
participación y cooperación. La necesidad de cohesión al grupo, de liderazgo,
de organización y solidaridad, surge como consecuencia de la necesidad de
supervivencia.
Capacidades
implicadas - Trabajar con gente, ayudar a las personas a identificar y superar
problemas.
Habilidades
relacionadas - Capacidad para reconocer y responder a los sentimientos y
personalidades de los otros.
Perfiles
profesionales - Administradores, docentes, psicólogos, terapeutas.1
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